Ayer se jugaba el Clásico en el Santiago Bernabeu. Un Madrid en auge, recién campeón de Europa y, aunque irregular en juego, una arma mortífera para cualquier rival…contra un Barça que busca la reestructuración futbolística y renacer de las cenizas de una pésima pasada temporada.
No entraré en la valoración del resultado, ni detalles del juego, eso se puede ver en cualquier análisis subjetivo u objetivo del partido, la realidad fue que el Madrid ganó justamente a un Barça que lo hizo peor.
El Madrid es la culminación de 6 años a la sombra del mejor equipo de la historia a lo que la práctica del fútbol se refiere, el ocaso del Barcelona (demasiado prolongado ya en el tiempo) es el mejor amanecer del Madrid que, en mi opinión, será una época victoriosa demasiado corta por los millones invertido y por el tiempo que ha tardado en dar frutos.
El Barcelona buscaba, según nos decían, la mejora del sistema de juego, reinventar a Messi, sumar potencial ofensivo, ser efectivos en ataque y mucho más directos. Ese era el mensaje esperanzador del inicio de una temporada que parecía pintar bonita para el Barça, que aunque siendo líder del campeonato ya presentaba ciertas dudas (no muchas más que el Real Madrid) y que no acababa de cuajar su juego con una cierta regularidad.
Ayer fue la culminación de las dudas, de el “algo no va bien”, y es que a Luis Enrique solo le faltó el polo pistacho del Tata y le sobró la corbata (ya obsoleta) del endiosado Guardiola. Confió en “los de siempre”, variaba con Suárez y un Neymar que es, junto Mascherano, el jugador más en forma del equipo. Pero era el mismo Barça que hace una y dos temporadas atrás pero con más años: los mismos errores, la misma lentitud, la menor intensidad defensiva, la inmadurez de algunos jugadores, la falta de recursos futbolísticos, los errores propios de una “pachanga” de amigos retirados un lunes a la noche… No vamos a decir nombres, solo hay que ver un resumen del partido, las imágenes hablan por si solas…
El Madrid actuó como mejor sabe, fue como un combate de boxeo… intensidad, dureza y entrega, sabe que su rival está flaqueando y que en los combates directos solo tiene que aguantar a que baje la guardia para hacer lo que sabe: bailarle con los pies (el penalty de piqué) un directo a la mandíbula (el gol de Pepe, al más puro estilo Puyol entrando desde atrás) y otro en las costillas para dejarlo sin aire en un “abdomen del equipo” en el que Iniesta perdió un balón incomprensible y Mascherano dejó todos los espacios en defensa. El Madrid como buen boxeador sabía donde pegar y cuando, era cuestión de tiempo pues “la mirada del tigre” estaba perdida y la pasión por ganar del equipo blanco era el camino para llegar al KO.
El maldito Polo Pistacho del Tata (mejor persona que entrenador) dominó el planteamiento del Mister azulgrana, hizo lo que no ha funcionado en más de un año y el resultado fué el justo, el que debía ser, más abultado hubiera sido demasiado duro para un equipo en horas bajas que requiere de la aceptación que hay futbolistas que ya no son el presente ni el futuro de un equipo que, si realmente quiere mejorar, debe empezar a vestirse con el mono de trabajo, y para ese tipo de labor…. el color pistacho… no luce bien.
jordi montes – Barcelona
foto: Sport.es